El paisaje, el aire y el canto de los pájaros forman un escenario mágico que se va abriendo paso entre una arboleda tan espectacular como exuberante. De las 64 hectáreas que conforman el complejo, que divididas, hacen 350 parcelas. Pago chico es un paraje de belleza permanente, tan grande como su deseo de comenzar a vivir ya mismo en contacto con la naturaleza.